Spanish Sin Pena: Latinos aprendiendo Español

Traducción al español por Juanita Olaya:

Wendy Ramírez es latina, pero no siempre habló el español al crecer. Sin embargo, Wendy se dio cuenta de que podía ganar más dinero si era bilingüe. Sus luchas personales con el español la motivaron a iniciar su propio programa “Español Sin Pena”, un espacio en línea para que los latinos aprendan español.

Según Ramirez, el propósito de “Español Sin Pena” es que los latinos no se sientan juzgados ni avergonzados al aprender español para así poder conectarse con su cultura y su familia. Ella dice que el ser bilingüe le dará a la gente más oportunidades profesionales en su carrera.

“Es importante que los latinos hablan español para sentir esa conexión y conocimiento cultural que se encuentra a nivel personal con su propio origen que otras personas no poseen. Luego se encuentra otro nivel, que te permite la oportunidad de hacer mucho más, como viajar y comunicarse con diferentes personas, lo que abre más oportunidades profesionales”, dijo Ramírez.

Siendo del este de Los Ángeles, Ramírez sabía cómo se sentía avergonzarse por no hablar español en un ambiente chicano. Durante sus años universitarios, se propuso aprenderlo cuando estudió en el extranjero en la Ciudad de México en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), lo que la llevó a encontrar varias oportunidades en el futuro. Su objetivo con este programa es asegurarles a los latinos que no están solos y demostrarles lo divertido que puede ser aprender español.

Los latinos que no hablan español se sienten totalmente excluidos y menospreciados por otros latinos en su comunidad, explicó Ramírez. Algunos ni siquiera son capaces de hablar con otros familiares o se sienten como un fraude cuando están cerca a ellos, ya que no pueden hablar el idioma a pesar de parecerse a ellos. Ahora más que nunca es importante que los latinos sepan hablar español, ya que Estados Unidos está en camino de tener la mayor cantidad de hispanohablantes para el 2050, según la Oficina del Censo de los Estados Unidos.

Sin embargo, una gran razón por la que algunas personas no saben hablar el idioma se debe al origen inmigrante de su familia y si se les hablaba en español al crecer. El 97% de los padres inmigrantes latinos hablan español con sus hijos, pero se reduce al 71% para los padres latinos de segunda generación, según PewResearch Center.

“Spanish Sin Pena” aborda este problema de frente con su primer énfasis sobre el aspecto de la vergüenza, especialmente durante las clases de nivel principiante. Es difícil al principio, pero la facilitadora principal Ana Abreu describe los diferentes tipos de experiencias que ha escuchado de los participantes en su clase.

“Todo el mundo tiene una historia diferente. He escuchado historias de aulas donde los maestros les preguntan a los estudiantes por qué no hablan español a los miembros de su familia y como les dicen que están diciendo algo mal una y otra vez, los corrigen constantemente. Así que se sienten avergonzados aunque otros miembros de la familia simplemente nunca les hablaron en español, así que tenemos discusiones grupales donde solo hablamos de esto al principio”, dijo Abreu. 

Abreu, quien enseña la mayoría de las clases virtuales, explicó cómo funcionan, ya que se establecen del nivel uno al cinco según la fluidez de la persona. Las clases comienzan con seis pagos de $197 y se reúnen dos veces por semana durante 45 minutos a la vez durante un año completo, lo que depende de la temporada en la que se registren. La mayoría de los participantes del programa están en California, pero los clientes están dispersos por todo EE. UU. en áreas metropolitanas como Nueva York y Chicago, con una pequeña parte de ellos siendo de otros países.

El programa ofrece mucho más que conversaciones y lecciones para aprender español. Hay clases virtuales de música y cocina que traducen todas las palabras y recetas del inglés al español. Los estudiantes también pueden hacer su propio podcast sobre sus experiencias con el español, junto con clubes de lectura.

“Me he conectado con una comunidad la cual no conocía antes”, dijo Selina Morales, participante de tiempo completo del programa. “Cada vez que lo hago [unirse a la clase], siento que pasé una gran hora de mi vida como si realmente hubiese invertido en mí misma y en mi cultura. Tiene una sensación de elegir tu propia aventura”.

Además, quizás la parte más emocionante del programa es que aproximadamente dos veces al año, Ramírez lidera un viaje de inmersión, como le gusta llamarlo, donde se viaja a un país latinoamericano para que los estudiantes puedan aplicar lo que han aprendido y apreciar su cultura durante un lapso de tres semanas.

Ramírez tiene muchos datos cualitativos  para respaldar el éxito de su negocio al hacer que los estudiantes completen evaluaciones para medir qué tan seguros se sienten usando el español en el día a día y para recibir comentarios. Cada sesión, el programa reserva los 200 lugares habilitados con listas de espera llenas, según Ramírez. Muchos estudiantes han compartido con Ramírez y Abreu cómo se siente poder finalmente comunicarse con sus abuelos o familiares.

Sin embargo, hay algunas cosas que impiden que “Spanish Sin Pena” alcance su máximo potencial. Cuando comenzó el programa, fue difícil reunir y formar un equipo, lo que se convirtió en un problema una vez que la pandemia del COVID-19 comenzó. Ya que había más demanda de la que el negocio podía manejar con muchas personas en lista de espera hasta que hubiera suficientes instructores.

Tanto Ramírez como Abreu dicen que siempre enfrentan nuevos desafíos, pero en este momento su problema principal ha sido que las personas anhelan más actividades en persona desde que se levantaron las restricciones por el COVID. A las personas como Selina les encanta lo que “Español Sin Pena” tiene para ofrecer, pero no pueden tener una interacción en persona en su ciudad.

“Solo conozco a otra persona en Filadelfia que lo está haciendo [el programa], pero tal vez aún no he conocido a los demás. Así que creo que si quieren continuar con las reuniones en persona, tratar de descubrir cómo hacerlas más accesibles para las personas que no viven en las ciudades principales será una gran victoria”, dijo Morales.

Ramírez planea reservar más viajes a otros países para que más personas alrededor del país como Morales puedan reunirse por primera vez y conocer una nueva cultura. Incluso dentro de los EE. UU., el programa ha organizado reuniones en persona en las principales ciudades y tratará de seguir haciéndolo con más frecuencia el próximo año.

Aunque Spanish Sin Pena ha construido una comunidad para todos los latinos, Ramírez se da cuenta de que hay cosas por mejorar. Actualmente, todos los estudiantes son adultos, pero a ella le gustaría expandir el programa a los jóvenes.

“Quiero seguir sirviendo a la comunidad de la misma manera que lo hemos hecho con los adultos profesionales, pero en algún momento en el futuro nos gustaría trabajar más con los jóvenes para expandir aún más nuestro programa”, dijo Ramírez

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